Friday, May 26, 2006

El mejor tipo de testigo

Los juicios siempre usan testigos. Un testigo es alguien que tiene conocimiento de primera mano sobre un crimen o un acontecimiento dramático con sus sentidos (e.g. el ver, oir, oler, tocar) y puede ayudar a certificar consideraciones importantes al crimen o al acontecimiento. Sabemos que los abogados - en ambos lados - utilizan testigos para atestiguar para o contra el demandado. También hemos aprendido que hay diversos tipos de testigos. Hay un testigo que ha considerado el acontecimiento de primera mano como testigo presencial. Un testigo material es un individuo que contiene la información “material” a un procedimiento criminal. El testigo del carácter habla del demandado para convencer al jurado de que no haya manera que esta persona habría podido hacer de lo que le acusan. Hay tambien estos testigos expertos. No conocen al demandado, ni vieron lo qué sucedió. Ellos toman la evidencia encontrada en la escena de crimen, que técnicamente estaba presente en la escena del crimen, y en un sentido, hablan lo que dice la evidencia en palabras que el jurado entenderá.

El Espíritu es quien da testimonio – o atestigua - de Jesús. Leamos a Juan 15:26,

Juan 15:26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, Él dará testimonio acerca de mí.

En el griego bíblico, atestiguar significa dar testimonio, ser testigo, tener un buen informe, afirmar que uno ha visto u oído o experimentado algo, o que él lo sabe porque es enseñado por la revelación o la Inspiración Divina. ¿Quién mejor posible para atestiguar que quién estuvo allí presente de manera activa en todo el proceso? Miremos esta lista que demuestre cómo el Espíritu estuvo ligado con Jesús.

1. Jesús fue concebido por el Espíritu Santo (Mateo 1:18, 20).
2. Él llenó a Jesús de su presencia (Lucas 2:40).
3. El Espíritu santo estaba allí cuando Juan bautizó a Jesús dando su aprobación a Jesús (Mateo 3:16).
4. El Espíritu condujo a Jesús donde él debia ir (Lucas 4:1,14).
5. Jesús realizó milagros con el poder del Espíritu santo (Mateo 12:28).
6. Jesús admitió que todo lo que Él podía hacer era debido al Espíritu que estaba sobre Él (Lucas 4:18).

Es el deseo del Espíritu hacer con a nosotros como Él hizo con Jesús. El Espíritu Santo es responsable de nuestro nuevo nacimiento. Uno no puede ser nacido a menos que uno se conciba primero. Es el Espíritu Santo nos re- concibe espiritualmente para nuestra experiencia del nuevo nacimiento (Juan 3:5 - 8). Él nos llena de su presencia. La muestra de esto es los dones y su fruto (1 Corintios 12:4; Gálatas 5:22 - 24). Él nos conduce a donde debemos ir. A travez del Espíritu Santo haremos cosas incluso mayores que Jesús.

No necesitamos preocuparnos qué decir. El Padre y Jesús ambos desean enviarnos el Espíritu Santo (Lucas 1:13; Juan 14:26; 15:26; 1 Tesalonicenses 4:8). El Espíritu Santo traerá lo que debemos decir a nuestra memoria (Marcos 13:11). El Espíritu Santo es nuestro sello de la promesa hasta el día del la redención. Cuál hermosa promesa: ¿que Él, quién trajo a Jesús adelante, también nos traerá hacia a Jesús?