Friday, February 23, 2007

El Señor del sin sentido

El Señor del sin sentido

Ella estaba un poco aprensiva al principio. El caminar al templo le intimidaba. Después de todo ésta era la casa de Dios. Además, había grandes muchedumbres que los rodeaban. Ella tenia miedo que cualesquiera de ellos la pisotearía o que fue acosada; especialmente, los soldados romanos, los protectores del templo, o uno del Fariseos. Ella se sentía intimidada. Más, recibió una fuerte impresión de continuar caminando. Ella se sentía que algo la conducía En su corazón ella sentía la convicción que algo la dirigía. Esto la confortó. Ella caminó a través través de la muchedumbre de los comerciantes, extranjeros que adoraban, y finalmente a la puerta del templo. Ella miro hacia adentro. Allí vio a hombres majestuosamente vestidos, hablando en voz alta de la gente maravillosa y discutiendo siempre materias que ella sabía poco de. Ella encontró su manera adentro al Hacienda. Allí los hombres escandalosos se jactaban sobre cuánto dinero daban. Las muchedumbres animadas como aprendieron de cuánto dinero estaban en los bolsos de estos hombres. Ella se sentía desalentada. ¿Qué podían sus dos pequeños minas hacer? Ella sentía que ella y su ofrenda eran insignificantes. Pero, una voz en su corazón le animó a que fuera adelante. Esto le dio valor. Centrado en su búsqueda, ella no notó al hombre que la miraba. Ella se acercó a la cesta y dejo caer dos minas. Ella susurró silenciosamente una oración, dio una vuelta y caminó lejos. Nadie pero este hombre la notaron. Marcos 12:41 - 44 lo describe de esta manera, déjeme leer,

41 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.
42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.
43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca;
44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.

Lo qué consideramos insignificante Dios considera significativo. Lo qué evitamos y despedimos, Dios enfatiza y elogia. Qué contraste con la manera que humanidad la ve cosas. Los esfuerzos del hombre para el predicador son siempre “vanidad, el esforzarse para alcanzar el viento.” Salomón dice en Eclesiastés 7:29, “29 He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.” El hombre ha abandonado las maneras simples de Dios. Él las llama sin sentido e insignificantes. En su puesto ahora persigue sus propias maneras y se jacta de ellas.

Hay una oración en la edición de los profesores de la lección dice esto, “El camino estrecho de Dios, mientras que no siempre es obvio, nos llevará a nuestra destinación final”. No es siempre obvio porque, este camino estrecho se compone de decisiones que parecen poco, pequeñas, sin sentido, o aún insignificante. ¿Qué cosas pequeñas construyen el camino estrecho? Esas cosas que el Espíritu Santo nos impresiona para hacer y en ese entonces se parecen sin sentido; solamente digno de dos minas. Probablemente, porque se parecen ineficaces, fuera de nuestro control, y muy lento. Deseamos control y la satisfacción inmediata. Las maneras de Dios pueden parecerse más lentas e ineficaces, pero son siempre eficaces.

Hoy no nos jactamos de cuánto dinero damos. No parece bueno. (Sin embargo, muchos utilizan su dar para exigir sus derechos en su congregación local.) Hoy, hay muchos que se jactan de su ministerio. Cuántos estudios de la Biblia ofrecida, cuántos libros y zonas distribuidas, cuántos visitantes trajeron a la iglesia, y bautizaron a cuántas gentes, son algunos ejemplos de cómo nos jactamos. Pero, es la pequeña vieja hermana con su sonrisa de dos minas que nos mantiene viniendo a la iglesia. Cuando la vieja hermana muere Jesús muere con ella, porque él no habita en los que se opongan a su vivienda. Ningunos otros pueden ver a Jesús sonreír puesto que ella murió. Entonces esta el caballero que tiene siempre dos minas de palabra de estímulo para la juventud. Él tuvo que dejar el área. Jesús se fue con él. La juventud es saludada no más por Jesús; otros no tienen Jesús en ellos. Andan demasiado ocupados luchando por la política o como deben fueron o deben ser las cosas. El amor de Dios no está en ellos. Tienen cosas más importantes que a hacer. Orar, estudiar la palabra de Dios, y rindiéndose al incitar del Espíritu Santo es demasiado de un molestia. Desean acción y entretenimiento. Y, qué dice Dios acerca de sobre todas sus invenciones: ¿programas, políticas, entrenamientos, acontecimientos sociales, etc? Es toda la vanidad, esforzándose después del viento. No digno de dos minas.

Friday, February 09, 2007

La Solución Para La Opresión

La Solución Para La Opresión
¿Qué tan rápidamente va el tiempo? Una persona que espera un autobús en un invierno ventoso de Chicago por algunos minutos los siente como si fueran horas. Pero, una persona que pasa algunas horas con la gente ella ama siente que es solamente algunos minutos. Así pues, el tiempo es relativo. Éste es otro ejemplo: pregunten a dos personas que atestiguaron un acontecimiento qué ellas vieron y ellas te dirán dos diversas historias. ¿Por qué? Esto está porque cada persona interpreta el acontecimiento basado en diversos factores, por ejemplo: donde estaban parados cuando sucedió el acontecimiento y su propia experiencia previa. Esto significa que su testimonio es relativo a la perspectiva de cada persona. Es que cada uno de nosotros experiencia todas las cosas individualmente.
 
La sensación de la opresión es también relativa.  Sucede definitivamente. Pero, puesto que la experimentamos individualmente, no todos convendrían en quién y cómo se está oprimiendo o quién está oprimiendo. Muchas personas o grupos dicen que son opresos, y te dan la razón por la que. Dicen que los esté oprimiendo y cómo. Cuando preguntas a sus opresores alegados acerca de esto puedes tener dos grupos diferentes. Uno lo negará categóricamente. El otro grupo te dirá que sí oprimen y te darán sus justificaciones. La realidad es que todos somos oprimidos y que todos oprimimos. Como Salomón dice en Eclesiastés 5:8,
 
Eclesiastés 5:8  Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.
 
Es decir los recipientes de la opresión oprimen a otros.  A quiénes oprimen los oprimidos depende de quién está debajo de ellos.  Los pecadores alternadamente son oprimidos y oprime. No hay escape. Cada uno de nosotros es un opresor y opreso. Es una verdad dura para aceptar,  pero, ésta es nuestra realidad. Sin embargo, no es una excusa. Dios condena la opresión tanto como condena el pecado. El pecado es opresivo y causa que los pecadores opriman a otros.
 
Un vistazo a la lista de versos de el lunes nos da una idea de cómo Dios se siente sobre la opresión. Leamos los que están de Deuteronomio 15.
 
Deuteronomio 15:7  Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre,
 
Deuteronomio 15:11 Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.
 
Son mandamientos muy claros de no endurecer nuestros corazones y de no cerrar nuestras manos hacia las que carezcan en una cierta área de su existencia. Y, todos carecemos en una cierta área. Ninguno de nosotros es perfecto. Todos necesitamos alguna clase de ayuda. Encontrarás que algunos pueden estar dispuestos a ayudar, pero la mayoría de las veces es a un costo.  ¿Cómo entonces podemos complacer los deseos de Dios si simplemente no somos capaces de hacerlo? La respuesta es siempre igual: solamente podemos hacerlo en Cristo. El intentarlo con tus propios esfuerzos dará lugar a fracaso.  Sí, puedes ayudar a la otra persona y puede parecer eficaz; sin embargo, tu esfuerzo probablemente no parecerá genuino al recipiente, y definitivamente no satisfará a Dios. Esta manera del ayudar puede terminar siendo una manera sutil de opresión.
 
Es solamente mientras que permitimos que el Espíritu Santo trabaje en nosotros y a través de nosotros que nuestro ayudar a otros será considerado genuino y satisfará a Dios. Solamente ésos con ágape en sus corazones no son opresivos. A propósito, Dios puede permitir la opresión en tu vida para tu santificación. Solamente ésos con ágape en sus corazones entienden esto y permiten que Dios utilice esto para purificar sus corazones y para consolidar el ágape en sus corazones. Solamente ésos con ágape en sus corazones se liberan de la opresión del pecado. Los que eligen constantemente que el ágape reine en sus corazones son constantemente liberados del poder y de la esclavitud del pecado, y eventualmente de la presencia del pecado.