Friday, October 16, 2009

Lo que Place a Dios

Lo que Place a Dios

Dos niños son llamados por su madre. Uno, vino a ella inmediatamente. El Siempre expresó lo agradecido que esta de su madre. Con una sonrisa en su rostro, le dice, "Sí mamá". Al otro ella tuvo que llamarlo varias veces, enojando a su madre. Cuando finalmente escuchó la ira en la voz de su mamá él le gritó "¿Qué?" La mamá, le contesto, "Quiero verte". A lo que el niño se contesto, "Por que no vienes a mí." Siempre se quejó acerca de su madre. Después, unos intercambios más, el niño decidió venir a su mamá de manera desafiante y el le dijo, "qué desea?" ¿Cuál de los dos satisfizo a la mamá? ¿Cuál de los dos te seria de satisfacción para ti? ¿Cuál de los dos sería de satisfacción para Dios?

En el libro de éxodo Dios abordó por primera vez a la gente a través de Moisés. Sin embargo,
Dios tenía planes para ellos. El le dijo a Moisés que le dijera a la gente en Éxodo 19: 3 – 6,

3 Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel:
4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.
5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

Moisés siguió la instrucción de Dios, le dijo a la gente y ellos respondieron en Éxodo 19: 7 - 8,

7 Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.
8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo.

La gente hicieron una promesa a Dios que no podían cumplir. Esta Resultó ser una respuesta no muy sincera. Dios quiso estar más cerca de ellos, pero ellos se negaron la cercanía de Dios. En el éxodo 20: 18 – 21, después de Moisés les dieron los diez mandamientos, dice que,

18 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.
19 Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos,
20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.
21 Entonces el pueblo estuvo a lo lejos,

Con su miedo ellos mostraron una falta de fe, que disgusto a Dios (Hebreos 11: 6). ¿Acaso Dios no demostró que era amoroso, misericordioso y de confianza? Asi que, una vez más se negaron a estar cerca de Dios. Esta distancia que establecen entre ellos y Dios impide que Dios los haga un Reino de los sacerdotes. Dios no podia purificarlos para ser sacerdotes a menos que ellos se acercaran a El. Para permitir que Dios nos purifique necesitamos acercarnos a Él. Sí, reconoceremos que somos pecadores al acercarnos. Sólo entonces puede el Señor purificarnos para su servicio. Consideremos a Isaías, en Isaias 6: 5-8, cuando es tomado en visión a donde Dios vive.

5 Entonces dije: !!Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
6 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;
7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.

Finalmente, sólo los que llegaron más cerca de Dios fueron limpiados para el servicio de sacerdocio y servir en el Tabernáculo: Aarón, sus hijos y el resto de las Levitas. Sabemos la historia. Después de prometer a Dios que harían todos todo lo dicho por Dios, se olvidaron acerca de su gran obra con ellos. Ellos Murmuraron contra Dios y Moisés – mostrando su ingratitud. Por lo que decidieron adorar a otro dios. Aarón fabrico para ellos un ídolo como los que dejaron atrás en Egipto. Cuando Moisés atrapo a los hijos de Israel adorando un becerro de oro, después de que dijeron que haría lo que Dios les dijera Moisés los aborda y preguntó, 26 se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví." (Éxodo 32:26). Por lo tanto los Levitas fueron escogidos para ser el Grupo de personas que sirven a Dios en el Tabernáculo (Números 3: 41). Este fue un privilegio que podrían haber tenido todos los hijos de Israel. Por lo tanto, leemos en Números 8: 16 – 26, cómo Moisés dedicar los Levites para su servicio que le pidió a Dios. Como señala la lección, eran una ola de ofrecer al Señor, ellos mismos (Números 8: 13). Como si representaran el primer fruto de la cosecha de grano.

¿Cuál es nuestra actitud hacia Dios? ¿Seremos como los Levites o los otros hijos de Israel? ¿Permitiremos que nuestro miedo, que aleja el amor de Dios y causas la incredulidad, nos mantenga lejos de Dios, por lo tanto le prohibimos purificarnos?

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Raul Diaz
www.wolfsoath.com