Friday, December 25, 2009

La teocracia de Dios

Comentario: La teocracia de Dios

De la lección de la semana pasada se pudo concluir que el gobierno de Dios no es una democracia, sino una teocracia. Sabemos que la teocracia de Dios es diferente a la versión del hombre. La teocracia del hombre es la imposición de los valores religiosos de un grupo de clérigos a todos los habitantes de la tierra. La teocracia de Dios se basa en Su ágape. Dios siempre mantiene en Su mente nuestro bien. La lección de esta semana muestra una prueba más de la teocracia de Dios. Capítulo 33 de Números comienza con estas palabras,

1 Estas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, bajo el mando de Moisés y Aarón.
2 Moisés escribió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas.

Esta es, realmente, una historia increíble. Una nación entera huye de sus opresores después de siglos de ser sojuzgada, y sobrevive a cuatro décadas de peregrinación en el desierto de Sinaí. Solo por la gracia, el poder y los milagros de Dios pudo suceder esto. Nota cómo el texto de Números 33:2 enfatiza que ellos fueron de un lugar a otro "por mandato de Jehová". Dios quería que ellos, y las generaciones futuras, nunca olvidaran que toda esta historia del pueblo en marcha por el desierto fue, en realidad, la historia del trato de Dios con los seres humanos pecadores, y su esfuerzo por salvarlos y llevarlos a la Tierra Prometida. Por lo tanto, Dios ordenó a la gente cuando y a donde ir. Recordemos de nuevo en Números 9, lo que el Señor ordenó a Moisés acerca de esto,

15 El día que el tabernáculo fue erigido, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana.
16 Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego.
17 Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel.
18 Al mandato de Jehová los hijos de Israel partían, y al mandato de Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el tabernáculo, permanecían acampados.
21 Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, o cuando a la mañana la nube se levantaba, ellos partían; o si había estado un día, y a la noche la nube se levantaba, entonces partían.
23 Al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.

En el siguiente capítulo Moisés narra la primera vez que se inició este proceso,

11 En el año segundo, en el mes segundo, a los veinte días del mes, la nube se alzó del tabernáculo del testimonio.
12 Y partieron los hijos de Israel del desierto de Sinaí según el orden de marcha; y se detuvo la nube en el desierto de Parán.

Dios decidió dónde fueron y cuándo. No fue la decisión de Moisés, ni Aarón, ni de Miriam. No fue el consenso de la gente. No se celebraron elecciones. De hecho, ni siquiera enviaron espías para reunir información de inteligencia acerca de la tierra y su gente. Ellos siguieron a la nube por fe.

Usted puede estar preguntándose, "¿dónde está mi nube?" La nube muestra la misericordia de Dios, pero es una señal visual, y " la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios " (Romanos 10:17). Dios le dio al pueblo de Israel signos visuales por causa de su incredulidad. Cuando usted cree la palabra que oye, no necesita de una nube. ¿Esta usted escuchando y creyendo la Palabra