Friday, November 27, 2009

La válvula de escape

La válvula de escape

Una olla a presión es una olla especial con un tapa hermética y sellada, y un sistema de válvula para regular la presión interna. Ollas de presión operan en un principio según el cual el vapor de agua que se acumula dentro de la olla de presión cocinando los alimentos a una temperatura muy alta; mientras más libras de presión, mayor es la temperatura interna y más rápido se cocina el alimento. Esto reduce el tiempo de cocción hasta en dos terceras partes, sin destruir el valor nutricional del alimento. Los modelos tradicionales están equipados con reguladores de presión desmontable en los que se puede ajustar la presión. Los nuevos diseños de cocina de presión se caracterizan por incorporar válvulas y barras indicadoras que indican la presión. Así que, la ollas de presión tienen una válvula de seguridad, que automáticamente purgan el vapor si hay un fallo de funcionamiento. Las válvulas de seguridad se llaman también válvulas de escape. Es una válvula en un contenedor que se abre automáticamente cuando la presión alcanza un nivel peligroso.

La olla a presión término también se utiliza como una metáfora para situaciones sociales o atmósferas de dificultad, de estrés o ansiedad. El reto es tener también una válvula de escape metafórica. La verdad es que todos nosotros hemos estado en situaciones o circunstancias en las que hemos explotado. Nos hemos ocupado de la situación o circunstancia usando nuestra frustración o irritación, en otras palabras, usando la ira. Tal fue el caso de Moisés y Aarón en Números 20. En el versículo 1, leemos que: y allí murió María (Myriam), y allí fue sepultada...” Moisés y Aarón en este punto tienen 120 y 123 años de edad, respectivamente. Y, acababan de enterrar a su hermana. La multitud indiferente sólo pensó en sí mismos. Leamos el resto de la historia en Números 20: 2 - 13

2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.
3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: !!Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!
4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias?
5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.
6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos.
7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.
9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.
10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: !!Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?
11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.
12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.
13 Estas son las aguas de la rencilla,[a] por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó en ellos.(A)

A nivel humano, es fácil entender la frustración de Moisés. En primer lugar, como se mencionó anteriormente, el acababa de enterrar a su hermana, y sin duda todavía sentía dolor por ello. Para luego escuchar en estas personas, básicamente, la misma queja de que sus antepasados habían hecho años atrás? Sin embargo, en los ojos del Señor, nada de esto excusó su comportamiento. La reprensión del Señor a Moisés ya Aarón en el versículo 12 fue muy fuerte. Pero Dios también les dice la razón: " Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado." Moisés y Aarón pecaron, porque en ese momento carecieron de fe. Este disgustó a Dios. Le Hermana White dice que su mal ejemplo afectó a toda la congregación,

" "El agua brotó en abundancia para satisfacer a la hueste. Pero, se había cometido un gran agravio. Moisés había hablado, movido por la irritación [...]. Pero, cuando se arrogó la responsabilidad de acusarlos, contristó al Espíritu de Dios y únicamente le hizo daño al pueblo. Evidenció su falta de paciencia y de dominio propio. Así, dio al pueblo oportunidad de dudar de que sus procedimientos anteriores hubieran sido dirigidos por Dios, y de excusar sus propios pecados. Tanto Moisés como los hijos de Israel habían ofendido a Dios. Su conducta, dijeron ellos, había merecido desde un principio crítica y censura. Ahora habían encontrado el pretexto que deseaban para rechazar todas las reprensiones que Dios les había mandado por medio de su siervo" (PP 441).

Todo lo que necesitó fue un solo acto irracional para destruir todo lo hecho hasta ese momento. Podemos pensar que fue algo pequeño y sin importancia, pero las consecuencias se hicieron sentir negativamente en las generaciones futuras. Esta es una lección para todos nosotros. Lo que hacemos no sólo nos afecta a nosotros, sino los que nos rodean también. Nos haría bien tener una válvula de escape, para que nuestra rabia y frustración de no llegar a niveles peligrosos en el que explotamos, y así evitar nuestra destrucción y la de quienes nos rodean. Por supuesto, esa válvula de escape es Jesús a través del Espíritu Santo. Sin embargo, sólo funciona si creemos que (tenemos fe). El apóstol dijo: " 26 Airaos, pero no pequéis...” (Efesios 4:26). Sólo el Espíritu Santo nos puede ayudar a hacer eso. ¿Creemos que El puede? ¿Vamos a dejar que Él lo haga?