Friday, December 16, 2005

La realidad de la Guerra

La guerra es una perspectiva espantosa, incluso si le han asegurado que usted ganará. La mayoría de nosotros evitarían ir a la guerra a menos que nos obligaran. Con todo, hay individuos ambiciosos, que desean guerra. No tanto porque desean luchar para probar su valor físico, pero porque hay fortunas extensas que sé ganarían para quienes conocen, y están observando. “¿Cómo puede una cosa tan terrible ocurrir?" usted dice. Bien, ¿quién provee los fondos para las guerras? Son comerciantes, distribuidores de armas, y los dueños del negocio que saben hacer dinero en el negocio de la guerra. ¿Nunca pensó de esta manera? Quizás deba ver la película de Schindler’s List -- y no la película entera tampoco – para visualizar que para un grupo selecto la guerra es lucrativa.

¿Qué lugar tiene esta admisión en la luz de este comentario? Apenas esto, porque para Satánas -- la guerra es lucrativa también. Y por lucrativa, no queremos decir los despojos de guerra (el botín), no amigos, lo que queremos decir es que el beneficio por lo cual él se enriquece, es su alma, y la mía. ¿Esta es la razón por la cual la escritura dice, "¿Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" (Marcos 8:36).

Nuestra lección destaca el duodécimo verso en el capítulo seis de Efesios, que lee así:

Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Y de este texto espigamos que gústenos o no, estamos en guerra -- o en lo mínimo estamos en medio de guerra. Además, la guerra no es con seres humanos como tal, tal como ese colega desdichado, ese miembro de la familia desconsiderado o ese conductor de automóvil que por poco le colisiona su vehículo. Por el contrario, esta guerra es con nuestra pensar, y nuestra respuesta verbal o de comportamiento a la maldad que se ha exhibido. Este concepto es creído no solamente por Cristianos, hay incluso un refrán popular que los negociantes no cristianos utilizan para animar a sus empleados que consideren que el problema es generalmente atribuible a su pensamiento: "lo que importa no es qué le sucede, és la actitud acerca de lo qué sucede que importa; pues su actitud puede determinar su altitud."

Si usted recuerda, cuando Adán peco, él hundió al mundo entero en pecado, y su lego a nosotros una naturaleza pecaminosa incapaz de vivir por la ley del amor. En lugar nuestra impulsión más grande es preservar la carne a toda costa, que exige el vivir por la ley del pecado o del egoísmo. Satanás nuestro adversario, no solamente sabe la historia de nuestra caída – ya que él la causó, sino que él también nos ha estudiado para millares de años. El sabe nuestras debilidades y flaquezas como seres humanos, y como individuos. Incluso Pablo enfrenta este problema personalmente, y comparte sus luchas con nosotros en el capítulo 7, versos de 15-25 de Romanos.

Romanos 7:15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
Romanos 7:16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
Romanos 7:17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
Romanos 7:18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
Romanos 7:19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
Romanos 7:20
Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Romanos 7:21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Romanos 7:22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
Romanos 7:23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Romanos 7:24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Romanos 7:25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.


¿Por qué un pasaje tan largo en las luchas de Pablo? Porque es la lucha de todos los que han aceptado la validez de la ley santa, y que están intentando mantenerla por su propia fuerza. Esto nos incluye a nosotros los que cuando descubrimos cierto pequeño hábito o manera muy desagradable de ocuparse de una situación que tengamos, intentamos pararla con voluntad propia. La lucha no es solamente con Satanás, nuestro enemigo exterior, pero con nosotros mismos y la ley del pecado que reina en nosotros. La guerra de Satanás con nosotros, su ataque contra nosotros no es simplemente hacer nuestras vidas difíciles, pero hacernos elegir nuestra propia manera en vez de a Dios. Su meta y esfuerzo resuelto está inclinados en causarnos al alejarnos de Cristo, incluso mientras que pensamos que nos estamos rindiendo.

Según el escritura, la batalla no es para el rápido, ni al fuerte, sino al hombre (o a la mujer) que pone el su confianza en Cristo; para ella está "... No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. "(Zacarías. 4:6). Amigos, ¡la guerra entre Cristo y Satanás Ha sido ganada! ¡La victoria se nos es asegurada, entremos adentro por fe, y reciban no el despojo de guerra, pero la vida hermosa, pacífica, eterna con Jesús Cristo nuestro Señor, Salvador y Rey!

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