Friday, January 22, 2010

Paz con Dios

Paz con Dios

En el jardín del Edén Dios dio instrucciones a Adán de qué comer. Encontramos esto en el
Génesis 2: 16-17

Génesis 2:16-17 (Reina-Valera 1960)
16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Dios fue muy conciso y preciso en sus instrucciones. Le dijo a Adán, "Cuando tu comas del árbol prohibido vas a morir". Por lo tanto, cuando Dios vino a ver a Adán y Eva después que comieran del árbol prohibido huyeron. ¿Te has preguntado alguna vez por qué? ¿Podría ser que pensaban que Dios venia a matarlos? El espíritu de auto-conservación, que no existía antes de la caída, ahora existía. Probablemente huyeron para salvarse de la consecuencia de sus acciones. Dios, sin embargo, les sorprendo. Sí, Él estaba disgustado con ellos. Sí, sufrirían las consecuencias de sus actos. Sin embargo, Dios les hizo saber no tenía intenciones de matarlos. En su lugar, Dios les extendido gracia en forma de una promesa (Génesis 3: 15). Creyendo en la promesa vivirían eternamente. La promesa involucraba la muerte del hijo de Dios para satisfacer la paga del pecado (Juan 3: 16; Romanos 6: 23). Dado que el cordero fue inmolado desde la Fundación del mundo (Apocalipsis 3: 18), podría suplirse la gracia. Dios mostraba a Adán y Eva, que el estaba en paz con ellos, aunque no con el pecado.

Esta misma promesa le fue dada a Abrahán. Esto lo explica Pablo claramente en el capitulo 4 de los Romanos.

Romanos 4:3 “… Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.”

(La palabra de la cual se traduce justicia en español es traducida en ingles como righteousness que en español es rectitud). La circuncisión representó la eliminación de la injusticia o falta de rectitud del corazón de Abrahán. Antes de la circuncisión real, el corazón de Abrahán había sido circuncidado debido a su fe. ¿Cuánto creyó Abrahán? Pablo elabora sobre este,

Romanos 4:19-22 (Reina-Valera 1960)
19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.
20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,
21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;
22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.
Así que Dios realiza esta gran obra en y a través de Abrahán, porque Abrahán creyó. Dios demostró que no era su intención destruir, pero dar vida. Dios estaba en paz con Abrahán. La cuestión es que Abraham creyó, por lo que Dios obro poderosamente a través de él. Entonces dice Pablo, que esta promesa es para todos nosotros,
Romanos 4:23-25 (Reina-Valera 1960)
23 Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada,
24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,
25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

La muerte de Cristo hace que todo sea posible. Su muerte hace que se cumpla la promesa. Es a causa de su muerte que Dios está en paz con nosotros. Es por eso qué romanos 5: 1 usa la palabra: pues. El Capítulo 5 de Romanos está vinculado a Romanos 4. Debemos leer romanos 5: 1,

Romanos 5: 1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
Antes estábamos en guerra con Dios, pero por su muerte en la Cruz, Jesús ha hecho posible que las hostilidades cesen y que nosotros seamos amigos de Dios y no sus enemigos. Esta paz no es algo que crece, como en comenzando con sólo un poco de paz. Por el contrario, nosotros estamos reconciliados con Dios, de una vez por todas, por la Cruz de Cristo. Es un hecho histórico consumado.
Cuando continuamente creemos que el sacrificio de Cristo, dio a paso nuestra reconciliación con Dios estaremos en paz con Dios, con nosotros mismos y con todos los que nos rodean. No estamos en paz con nosotros mismos o con otros porque no estamos en paz con Dios. La buena noticia (o Evangelio) es debido a lo que sucedió hace 2.000 años, Dios ha estado, esta y estará en paz con nosotros. Todo lo que necesitamos hacer es reconocerlo y creerlo. Entonces esto será imputado a nosotros como justicia o rectitud.

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