Thursday, April 01, 2004

Llegar a Conocerlo

Comentarios Sobre Las Lecciones de Escuela Sabática 2do Trimestre 2004: #1

El rey Salomón dijo en Eclesiastés: “...y nada hay nuevo debajo del sol.” Isaías presenta unos agravios contra los Judíos que no son nuevos, ni para su época ni para la nuestra. Una lectura del primer capítulo de Isaías nos dejará entender qué tan lejos de Dios estaban los Judíos. Es sorprendente cuán similar era su condición espiritual a la nuestra. Había maldad y corrupción por todas partes. Dejaban a los huérfano y a las viudas descuidados, mientras que abusaban de ellos sin haber nadie que intercediera por ellos. La gente en su estado de culpabilidad pensaba que podían manipular a Dios a su favor a través de sacrificios, incienso quemado, rituales, y la observancia de Sábados que El nunca ordenó. ¿Suena familiar? Nuestra condición espiritual no es tan diferente. Pablo predice nuestra condición en su Epístola a Timoteo: Capitulo 3

1. Esto también sepas, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos:
2. Que habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, detractores, desobedientes á los padres, ingratos, sin santidad,
3. Sin afecto, desleales, calumniadores, destemplados, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4. Traidores, arrebatados, hinchados, amadores de los deleites más que de Dios;
5. Teniendo apariencia de piedad, mas habiendo negado la eficacia de ella: y á éstos evita.

El Señor le revela a Juan en el libro de Apocalipsis sobre nuestra época: Capitulo 3

15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, ó caliente!
16 Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
17 Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo;

Usted le pregunta a cualquier Adventista acerca de la salvación y él contestara: “Es por la fe.” Pero, si usted los observa y los oye hablar usted verá y oirá lo que ellos creen en verdad. Me atrevería a decir que muchos de nosotros creemos que mientras no trabajemos nuestro trabajo durante las horas del Sábado, no veamos la TV ni leamos el periódico, vayamos la mañana del Sábado a la iglesia, paguemos diezmos, y pasemos el día con otros Adventistas estamos bien. Por supuesto, nos abstendremos de comer las carnes inmundas. Pero, un poco de vino no le hace daño a nadie. Y, en cuanto a salir en una cita para ir a un club o a un teatro está bien, siempre y cuando no terminemos en sexo. ¿Y dónde está Dios en este cuadro? Pues, Él debería estar feliz que por lo menos vamos a la iglesia. ¿Qué más desea Él? Por supuesto que Él desea más. Él envía a sus profetas para dejarnos saber su sentir y reprendernos. Y, tal como los Judíos, los rechazamos también. Y, cuando rechazamos a los profetas rechazamos a Dios y a su invitación. ¿Invitación? ¿Cuál invitación?

Isa 1:18 Venid luego, dirá Jehová, y estemos á cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán á ser como blanca lana.

Isaías aceptó esta invitación. Él probó del Señor y vio que era bueno. Y, lo que él mas quería era que su gente también aceptara esta invitación de Dios. Ésta es la misma invitación que el Señor le dice a Juan que escriba para nosotros en el libro de Apocalipsis: Capitulo 3

18 Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
20 He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.
21 Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

Más allá de obedecer sus mandamientos, Dios quisiera que usted y yo lo llegáramos a conocer. Que ocupemos nuestro tiempo con él, que compartamos con Él, y que nos enamoremos de Él. Usted no se arrepentirá. Él le limpiará y transformará. Entonces usted sabrá que puede confiar en Dios. Y, como usted puede confiar en Él usted le creerá cuando dice, “Te daré la victoria contra el pecado y la muerte.” Usted creerá cuando Él dice: “Te recompensaré con vida eterna, en un cuerpo incorrupto e inmortal, morando en una ciudad perfecta con el trono de Dios en la Plaza.” Usted lo amará. Esto es lo que Dios deseaba de los Judíos. Esto es lo que Dios desea de nosotros. Es lo que Dios siempre ha deseado.

No comments: