Friday, February 04, 2005

"¿esta usted listo?"

Cuando mi amigo vivió en una isla del Caribe, él vivía con sus muchos hermanos, y con su tía. Como la mayoría de los niños, mi amigo Alford * (* no su nombre verdadero), y sus hermanos estaban interesado en jugar. Cuando la tía de Alford fue a la ciudad, ella le dejaba saber a los niños. Alford y sus hermanos amontonaban alrededor de su tía, pidiéndole, "llévanos, llévanos también." Todos hacían esto, menos uno, David *. Cuando la tía daba el aviso, David corría al dormitorio y cambiaba sus ropas. Cuando la tía estaba lista para irse, ella llevaba siempre a David, porque él era el único vestido y listo para ir. Usted pensarían que no tomaría a los niños mucho tiempo en reconocer porque la tía siempre escogía a David. Les tomó Alford y sus hermanos un largo tiempo para entender porqué elegían a Charles para ir a la ciudad con su tía, continuamente. Mis amigos, era porque David estaba listo siempre. Él solamente iba al cuarto y se ponía las ropas que él ya tenia en su mente. El consejo de un viejo Pastor acerca de la predicación viene fácilmente a mi mente. Él dijo, "uno debe estar listo siempre." Pienso que hay incluso un verso en la Escritura que dice que debemos siempre esta listos dar cuenta de porqué nosotros creemos -- en tiempo, y fuera de tiempo (2 Timoteo 4:2.)

¿Cuándo se trata de la vida estamos listos? ¿Cuándo la tentación está al acecho, esta usted listo para luchar y ganar? ¿Es usted listo superar la tentación? ¿O la tentación le supera? ¿Si el consejo de mi Pastor es verdad en cuanto a la predicación, cuánto más es verdad para la vida? ¿La pregunta es, cómo podemos tan estar listos siempre? ¿Estaba Cristo listo siempre? ¿Estaba listo Él para esta prueba? ¿Sabemos que si estaba listo, así que cómo se preparó Él? ¿Qué hizo Él? Su visita a Getsemaní vierte luz a su forma de preparación. En Lucas 22 leímos:

39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.
40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
45 Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza;
46 y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.
Jesús oraba. Ése era Su secreto. Tan importante es para la vida de los seguidores de Dios este secreto, que Él lo comparte con sus discípulos a través de sus 3 1/2 años con ellos, y les recuerda otra vez en el final. No hubo charlas de motivación positivas, tales como nos gusta dar. No hubo procesos místicos de meditación trascendental, tales como el de convertirse en uno con la naturaleza. Hubo solamente ésta necesidad de sus seguidores de envolverse en un tipo de oración simple, compungida, y de corazón honesto al Padre. Cristo sabía que en su propia fuerza, Él no podría llevar la copa. Él abogó por para una salida, o quizás una manera alternativa. Pero el Padre requería que el estándar fuese mantenido. La ley requería la muerte. Jesús sé lleno con horror y pavor al pensar en la cruz; pero por amor a nosotros, sabiendo que su sacrificio corporativo era nuestra única esperanza, Él eligió realizar el plan de la misericordiosa intervención para nosotros. Éste era el plan que Él y el Padre habían formado mucho antes de que se presentara la necesidad de ella.

Getsemaní fue una batalla. Una batalla que los discípulos perdieron. Pero una batalla que podemos ganar. Según la Hermana White:

¿Cuándo en el jardín de Getsemaní, la copa de sufrimiento fue puesta en la mano del Salvador, el pensamiento vino a él, debe Él beberla o debe Él dejar que el mundo fallezca en pecado? Su sufrimiento era demasiado grande para la comprensión humana. Mientras que la agonía del alma vino sobre él, "era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra " (Lucas 22:44.) La copa misteriosa tembló en su mano. En esta crisis tremenda, cuando todo estaba en juego, el ángel poderoso que está parado en la presencia de Dios, vino al lado de Cristo, no para tomar la copa de su mano, sino para fortalecerlo al beberla, con el aseguramiento del amor del Padre... Cristo bebió de la copa, y ésta es la razón que los pecadores pueden venir a Dios y encontrar perdón y gracia. Pero los que comparten en la gloria de Cristo deben compartir también en su sufrimiento (E.G. White Notes, página 49.)

Ella agrega en otra parte que la tentación de dejar la raza humana llevar las consecuencias de su propia culpabilidad era terrible, mientras que Él permanecía parado ante Dios inocente. Él esperaba que si Él pudiese tan solo saber que sus discípulos entendían y apreciaban esto, le fortalecerían. Pero los discípulos dormían. No hay que decir, que esta experiencia de los discípulos en el jardín de Getsemaní contiene una lección para la gente del Señor hoy. Muchos están hoy profundamente dormidos, al igual que los discípulos. No realizan la necesidad del velar y orar seriamente para no caer en la tentación. No velan ni orar a fin de no entrar en la tentación. Tiene una cierta confianza en sí mismos como los discípulos. Ellos no miran al Ayudante Poderoso como Cristo nos aconseja hacer en este texto. Así que cuando otros están en necesidad de sus simpatía y oraciones - como Jesús estaba- ellos se encuentran dormidos, como los discípulos (Collegiate Quarterly, página 46.)

Los que comparten en la gloria de Cristo - Su carácter - deben también compartir en su sufrimiento. Ése es el pre-requisito. Así que la pregunta viene a usted hoy --- "¿esta usted listo?"

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