Friday, January 28, 2005

Pecado o Pecados

Fue uno de esos días que vi la verdad de una tragedia humana horrible, y era doloroso verlo. La reportera Lisa Ling, (antes del programa de la TV en ingles "The View") estaba fue asignada a ir al Congo por Orpah Winfrey ( la anfitriona del programa en Ingles Oprah ) para grabar junto los camarógrafas de Oprah. Allí ella cubrió la historia del genocidio de la gente del Congo. Según los informes sabidos, aproximadamente 4 MILLONES DE PERSONAS han sido asesinadas en el Congo como resultado de su las facciones que guerreaban. Esta gente son las víctimas inocentes que son rasgadas de sus hogares en el medio de la noche. Sus hogares son quemados, a huertos vegetales pillados, sus ganados robados, y sus esposas y sus madre violadas mientras que ellos son forzados a mirar. Muy a menudo las mujeres son violadas en su granja.

En otras ocasiones motivadas por Dios sabe que los soldados de las facciones que guerrean, secuestran a las mujeres, se las llevan a los bosques y las utilizan como esclavas sexuales por meses. La mujer, si sobrevive, puede a veces escaparse y regresa a la aldea quemada, donde probablemente ella será marginada por su marido. Según el informe de Lisa, muchos de los hombres indicados en cámara fotográfica dicen que están asustados de contagiarse con una enfermedad de sus esposas, así que ellos no desean tener ningún contacto con ellas. Un hombre dijo, "yo sé que no es su culpa, sé que ella está sufriendo, y los niños también, yo perdonare a mi esposa y la aceptaré para atrás."

Ocasionalmente las mujeres quedan embarazadas por uno de los violadores. La angustia que la mujer debe sentir debido a la violación, son ahora intensificadas debido a la preñez. Para hacer el asunto peor, ella son estigmatizadas y marginadas aun más. Muchos de los maridos toman a los bebés y los asesinan, o los abandonan, pues son recordatorio de la degradación y de la situación desesperada de la familia. Aunque estos crímenes se divulgan a las autoridades, no se hace nada para aliviar el dolor. No se proporciona ninguna protección, y los crímenes contra humanidad van si castigo, e inadvertido por el mundo; pero Dios todo lo sabe. Pues, al oír este informe, se me ocurrió a mí cómo es de fácil para mí y para ésos en la audiencia de Oprah a mirar con desprecio y desdeño a los soldados de la guerrilla por lo que han hecho. Sería normal incluso para sentir odio por ellos, y compasión para sus víctimas. Desgraciadamente, es algo fácil pensar que somos mejores que nuestros compañeros pecadores el Congo, porque nunca hemos violado ni hemos matado a cualquier persona. Pero, según Efesios 4:26 podes: " Airaos, pero no pequéis;...." La cólera generada como resultado de estas atrocidades es justa, pero el desprecio, y desdeño no es. 1 Juan 3:15 dice, el " Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida: ...” Mientras que no debemos odiar a nuestro hermano, no es pecado experimentar la ira por las acciones malvadas del soldado de guerrilla. Además, según Efesios 4:15 y 25, debemos hablar “... la verdad en amor... cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. " Por lo tanto aunque la exposición a las atrocidades del Congo nos es dolorosa, es imprescindible que no ocultemos nuestras cabezas en la proverbial arena.

Pensando que somos mejores que otros es un problema crónico que nosotros los seres humanos tenemos. Desgraciadamente, nos ponemos mas arriba de otros, pensando o diciendo, "nunca haría eso." Pero, sin un Salvador, no hay nada que no haríamos, y ningún nivel seria muy hondo para hundirnos en el pecado. Porque el pecado es en esencia, amor a sí mismo.

Tristemente, profundamente en nuestro sistema de creencia, el ' pecado ' es un concepto que es acerca de lo que hacemos, y no sobre nuestros motivos verdaderos para la acción (que se ocultan muy a menudo), o las palabras que hablamos. Sí, ser tentado no es un pecado, pero si acariciarlo, imaginándoselo, y probándolo -- ah, eso si que es pecado. Dilatar en la tentación mientras que se concibe de una manera en la cual se podría realizar sin otras personas lo sepan, constituye pecado. Cristo murió para quitar nuestro pecado, el pecado de la humanidad, que en su raíz es amor-propio. Según Juan 1:29, “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo." Él quitó (tiempo pasado) el pecado del mundo en la cruz. Él quita el pecado de cada uno individualmente mientras que aceptamos subjetivamente sus principios, y Él quitará en última instancia (borrara) nuestro pecado en la sentencia, y lo destruirá en su venida. Sí, amigos, la verdad es que Él es nuestro Salvador Completo del Pecado y los pecados acompañantes. Usted sabe, tendemos ver el mundo a través de nuestro sistema de creencia, y como tal, allí pueden haber otras ideas sobre el pecado - que tengamos - que puedan no ser verdades. La verdad es que como muchos de mis compañeros pecadores, leía a Juan 1:29, que dice: “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, y pensé que decía, ‘“He aquí el Cordero de Dios, que quita los “pecados del mundo.”’ Consecuentemente, perdí perspectiva en lo que me decía el verso en verdad. Haciendo la palabra ' pecado ' plural, nos conduce a definirlo simplemente como trasgresión de la ley. Esto significa que terminamos pensando en el ' pecado ' en términos de comportamiento malvado, y quizás una vida del pensamiento malvado, pero raramente sobre las palabras que hablamos, o nuestros deseos. Pero, un conocimiento verdadero de lo qué constituye pecado es imprescindible, porque las escrituras nos han dicho que la verdad nos hará libres. El pecado es el principio del amor-propio, y los pecados son nuestras palabras, pensamientos y acciones individuales que representan amor-propios. Cristo murió para deshacer nuestro pecado, el cual es la raíz del amor-propio, demostrado por egoísmo. Resalta en contraste con Su naturaleza y carácter de amor abnegado. Él logró deshacer nuestro pecado, no con el sufrimiento físico con el cual Satanás lo torturó, pero con la separación eterna de (y de nosotros corporativamente en Él) de su Padre. Como tal, Él salvó la raza humana entera de la culpabilidad y del castigo del pecado (la segunda muerte), del poder y de la esclavitud del pecado (su fuerza impulsora), y de la misma naturaleza de amor-propio y de su presencia acompañante en nuestras vidas.

Los pecados que cometemos no ocurren porque tengamos ' inclinación ' a pecar – una tendencia hacia él. Sí, una naturaleza pecaminosa es nuestra herencia de Adán, pero no es porqué pecamos, porque si lo fuera, tendríamos una excusa al pecado. No, tenemos algo un tirón en esa dirección, pero nuestro no alcanzar la marca (pecado) o la violación voluntaria y deliberada de su palabra (trasgresión), nuestro perverso y torcido comportamiento viene como resultado de no permitir que los principios de Cristo (Su Palabra, y Espíritu) permanezcan en nosotros -- subjetivamente.

La verdad más grande es que Cristo murió la segunda muerte para deshacer el pecado de la humanidad. Como recibimos su regalo subjetivamente, nos levantara a la novedad de la vida en Él. Deseamos no más continuar pecando y pidiendo perdón, deseamos la victoria. Hacemos esto, no porque deseamos ser salvados, pero porque Lo amamos y Le creemos. Consecuentemente, deseamos que nuestras áreas profundas y oscuras de la obstinación - que siguen siendo desconocido a nosotros - donde todavía reina el egoísmo, sean borradas.

En Salmos 32:1 y 2, David bajo inspiración divina trata las tres categorías donde se exhibe el YO, y las indica:
Salmos 32:1 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Salmos 32:2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño.

¡O, qué buenas noticias! Cristo nos ha redimido de las tres categorías de la obstinación. A través de la unión con Él, somos perfectos, salvados de cada aspecto del problema del pecado. Jesús ha dicho en Juan 12:32, " Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.." ¡Qué verdad grande y maravillosa es esta -- él nos atrae y nos bendice! ¿Cuán mejor puede ser? ¿ No se unirá usted a mí a exaltar y a celebrar (con palabra, pensamiento y acción) a nuestro completo Salvador hoy?

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