Friday, July 20, 2007

Cuando Todos Son Culpables

Aparentaban ser un hogar normal. La gente se levantaba y atendían sus
asuntos y tareas normalmente. No era una familia prefecta, pero ¿que
familia es? Lo qué separaba a esta familia de otras, era sus diarias
devociones de familia, y oración. Aun cuando, últimamente, el hijo
mayor parecía un poco rebelde, todas las cosas se parecían estar
bastante bien. Entonces un día, se oyó a la madre con un griterío
angustiado. Ésos se estaban cerca, oyeron al padre decir al hijo más
joven, "estoy apesadumbrado que tiene que ser esta manera. Pero es
mejor de esta manera. Aquí está un poco de dinero, con él podrás
mantenerte por algunos días. Ve con mis bendiciones. Haces justo como
te dije y las cosas trabajarán muy bien. No te preocupes por nosotros,
nosotros estaremos bien." El joven - el más joven de los dos hermanos
- miro hacia atrás afirmando las palabras de su padre. Él caminó
lentamente con una mirada desconcertada. Él se apresuro cuando su
padre le dijo, "ve rápidamente, antes de que tu hermano sepa lo qué
sucedió." Poco después, el hermano mayor llego enfurecido, diciendo
palabras de enojo y maldiciendo contra su hermano más joven, "¿Donde
esta él? Lo voy a matar." El padre, se paro tras su esposa, apenas
mirando muy seriamente. "Lo que paso, paso," dijo el padre. "Tu
hermano se fue," el padre agrego. El hermano todavía estaba parado,
pero con una cara de la incredulidad. "Porqué?" él preguntó, "dejaste
que sucediera, él culpable eres tu." El padre contesto con dolor en su
voz, pero firmemente, "Sí, así es. Perdóname." El hijo entonces
contestó airadamente, "No me importa tu deseos de perdón. Para mi no
ha terminado." Después de esto, salio airado de la casa cerrando la
puerta de golpe.

La historia no dice qué sucedió. Pero, tu probablemente ya has creado
en tu mente una situación que cabría este panorama. Probablemente,
también has asignado culpa a los partidos que piensas son culpable y
has absuelto los que piensas que son inocentes. ¿Pero, todavía deseas
saber del escritor qué pudo suceder que quebrara a una familia de tal
manera? ¿Habría podido ser prevenido? ¿Puede ser solucionado? ¿Quién
tiene la culpa? Alguien incito esta situación. Y, esto comenzó una
reacción en cadena que terminó con un hermano que odiando al otro, y
otro temiéndole a el. Y, este acontecimiento robó a los padres de la
alegría de tener sus dos niños alrededor de ellos. El culpable debe
pagar. La mayor parte de nosotros diríamos, "Amen!" La verdad es todos
ellos son culpables. Todos - los padres y los niños - siguieron sus
propias agendas e intereses, y fueron hacia adelante para satisfacerse
ellos, sin tener cuidar sobre las otras personas implicadas. Todos
hicieron mal. Todos necesitaban arrepentimiento.

*La historia es una paráfrasis de lo qué sucedió en la casa de Isaac
según lo escrito en la Génesis 27. Una mirada más cercana en los
caracteres implicados - del libro patriarcas y profetas - demostrará
que todos tenían una parte a jugar en esta crisis. Comencemos con
Isaac. Aunque Isaac sabía sobre la palabra del ángel a Rebekah - el
mayor le serva el menor - él todavía favoreció a Esau. Las historias
de las aventuras de de la caza de Esau emocionaban a Isaac. E, Isaac
pensó que como el mayor Esau debia recibir la herencia, que incluirían
la herencia espiritual. Isaac, aunque un hombre santo, estaba aferrado
a la tradicion de pasar en la herencia al mayor. Ademas de Todo esto,
estaba el hechote que Isaac disfrutaba de la carne casada y cocinada
por Esau. Isaac se preparaba para la muerte; sin embargo se tardo más
de 20 años en morir. Normalmente, Dios avisaba a estos hombres sobre
su muerte. No hay indicación de que Dios había instruido a Isaac
acerca de esto.

Esau era un cazador. Él era un hombre de aventura. Él vivió para el
momento. Él no tenía ningún respeto para el futuro, y mucho menos para
las cosas espirituales. Él vendió su primogenitura y sus derechos a
esta a cambio de satisfacer su apetito. Pero, él no era ningún tonto.
Él reconocia una buena oportunidad cuando la encontraba. El
pensamiento de heredar mercancías materiales le interesaba. Él
probablemente, penso de cómo él podría utilizarlo para gozar de su
vida más.

Rebekah se movio aceleradamente sin orar a Dios para intervenir. Ella
creyó, muchos años antes, que ella debía salir de su hogar e ir a una
tierra extraña para casarse con un hombre que no conocía. Ella
también creyó lo que dijo el ángel a ella sobre sus niños. Sin
embargo, tal como Isaac tenía su favorito en Esau, ella tenía su
favorito en Jacob. El temperamento y la disposición de Jacob abrogaban
a ella más. Ella intentó razonar con Isaac sobre el hecho de que Jacob
era el heredero legítimo, pero Isaac no escucharía. Cuando Isaac
arregló con Esau para darle la bendición, Rebekah tomó las riendas en
sus propias manos. Ella trazó un esquema engañoso para asegurar la
bendición para su favorito. En fin, Rebekah no creyó que El quién hizo
la promesa - Dios - podría cumplirla a su manera. El esquema trabajó,
pero a un alto costo.

Jacob deseaba la bendición de la herencia. Él aprendió de su madre lo
que el ángel le había dicho, y él lo atesoraba en su corazón. Él
estimó lo eterno sobre el temporal; sin embargo él no tenía un
conocimiento experimental del Dios a quien él veneraba. Como tal, él
no confiaba en a dios para dárselo. Su corazón no había sido renovado
por la gracia divina. Él creyó que la promesa referente a el no podría
ser cumplida si Esau conservaba los derechos del primogénito - y él
estudiaba constantemente para idear una cierta manera por el cual él
podría asegurar las bendiciones que él estimaba, pero su hermano no.
Jacob se opuso al principio a los planes de su madre. Él pensó que
nada bueno podría salir de ellos, pero eventualmente fue superado por
la insistencia de su madre. A partir del momento cuando él recibió la
bendición, Jacob sintió el peso de la condenación. Él había pecado
contra su padre, su hermano, su propia alma, y contra Dios. Sobre una
corta hora él había hecho el trabajo para un arrepentirse de por vida.
Esta escena estaba vívida ante él en años venideros, cuando el curso
malvado de sus hijos oprimió su alma.

Todos menos Esau se arrepintieron. Sin embargo, todos sufrieron todo
las consecuencias de su pecado. Esto fue más evidente en Jacob y
Rebekah, nunca se vieron otra vez. No somos mejores que estos cuatro.
Podemos todos identificarnos con ellos. Algunos de nosotros somos como
Isaac, obstinado en nuestras costumbres, aun sabiendo que nuestras
costumbres no son la voluntad de Dios. Encontramos razones para
excusar nuestras actitudes, apenas como Isaac. Algunos de nosotros
somos como Rebekah, aunque creiamos y confiábamos una vez, nos
convertimos en gálatas insensatos permitiéndose ser fascinados por la
incredulidad e intentando en nuestros propios esfuerzos en vez de
depender del Espiritu Santo (Gálatas 1: 1-3). Hubiese sido mas fácil
si como Maria - la madre de Jesús - deciamos, "He aquí la sierva (o
siervo) del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra." Lucas 1:38.
Algunos de nosotros somos como Jacob, deseando cosas santas, pero
oponiéndose a la transformación del corazón de un conocimiento
experimental de Dios. Esto nos conduce a no tener el valor de decir
"no," cuando la tentación nos invade. Algunos de nosotros como Esau,
viviendo para el momento. Nuestro lema es "comamos y bebamos, porque
mañana moriremos " 1 Corintios 15:32. Mi esperanza es que seamos como
los primeros tres, en que nos arrepintamos y permitamos que Dios haga
su trabajo en nosotros y a través de nosotros.

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Raul Diaz
www.wolfsoath.com

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