Friday, August 20, 2010

Ella necesita un Salvador

Ella necesita un Salvador

Después de un naufragio en el Océano Pacífico, una sobreviviente esta varada en las aguas.  Ella no tiene ni comida y ni agua potable. Ella no sabe, tampoco, donde ella esta. Imagínese cuan pequeña e insignificante ella debe sentirse en la vastedad del océano. Ella puede nadar, pero ella no sabría adónde.  Ninguna cantidad de natación podía salvarla.  La tierra más cercana es quién sabe dónde. Una señal de socorro fue enviada antes de que el barco se hundiera. Su única esperanza es que fuera escuchada para ella ser rescatada. Ella sabe que sin ser rescatada su único destino es la muerte.  Cuando ella ya no tenga la energía para nadar, ella se ahoga.  Por supuesto, el hecho de que ella esta sumergida en agua salada y expuesta al sol no ayuda a sus posibilidades de sobrevivencia.  Permanecer en un lugar puede ser peligroso, pero nadar a otro lado puede disminuir su oportunidad de ser descubierto por los rescatistas.  Ella esta en un dilema. (Por cierto, luchando contra el agua le hundirá; ella debe ceder ante el agua).

Ahora, digamos que los rescatadores la encuentran (antes de que ella muera) ella todavía tiene que dar su consentimiento para ser rescatada. Cuando lleguen los rescatistas ella debe hacer como le dicen.  Haciendo caso omiso o luchando contra ellos no les ayudará salvarla. La mera presencia del rescatador no la salvara.

La mujer en el comienzo de Romanos 7 se encuentra en una situación similar.  Mientras  este casada con su actual esposo ella se va a morir.  Leamos este pasaje,

Romanos 7
1 ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?
2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.
4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.
6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

La mujer podría estar dispuesta a permanecer en su actual situación hasta que ella conoce a un hombre nuevo. Hay algo sobre el nuevo hombre que le hace ver la realidad de su condición actual. Ella se da cuenta de que si se queda en su matrimonio actual acabará en muerte eterna.  Ella necesita ser rescatada. La única forma de escapar la muerte eterna es con el nuevo hombre. ¿Pero cómo hacerlo sin romper la ley? Éste es su dilema.
La mujer está enlazada a su marido hasta que el muera. Así que, para ser libre y seguir viviendo él debe morir. Por lo tanto, ahora ella quiere dejar a su actual esposo pero no puede hacerlo legalmente.  El divorcio no una opcion, porque eso sería adulterio.  Matando al actual esposo tampoco es una opción, porque eso sería asesinato.  El nuevo hombre le da una tercera solución.  Ella se mete dentro del nuevo hombre, él muere, y ella muere con él, ya que ella está dentro de él.  Él va ser resucitado y ella resucita con el porque que ella esta en él.  Eso es de lo que Pablo esta hablando en romanos 6: 3 – 7,

Romanos 6
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.

Cuando ellos mueren, son liberados de pecado. Por lo tanto, cuando ellos son resucitados la ley puede ya no ligarlos con el "hombre viejo" o "el cuerpo de pecado".  Ahora están en virtud de la gracia, no en virtud de la ley.   Pueden ahora se casarse legalmente. ¿Cómo se relaciona esto con nosotros? Somos la mujer en la necesidad de rescate. La cuestión es que no podemos rescatarnos a nosotros mismos. No importa cuánto tratemos no podemos hacerlo. Jesús es nuestro rescatador. ¡Sólo él puede salvarnos! Solo El puede salvarnos.  El nos salvo en Si mismo.  Sin embargo, para que esta salvación pueda convertirse en una realidad en nosotros, debemos dar consentimiento a ser salvados por él. Haciendo caso omiso de él o luchando contra él no le ayudará salvarnos. La mera presencia de Cristo no le salvará.


No comments: