Friday, June 04, 2004

Reparación Para Restauración

Comentario de La Leccion de Escuela Sabática #9

Algunos dicen que las relaciones son lo más importante en la vida. Todavía otros, esos que han sido lastimados, no son de esta opinión. Para estos individuos, el lograr metas personales o profesionales es lo más importante de la vida. Por desgracia en nuestro mundo, cuando se trata de relaciones no todo va bien. Cuando por dificultades que ocurren, ya sea por malentendidos ó por expectativas no satisfechas porque no fueron expresadas o fueron expresadas mal, se producen sentimientos negativos como la aversión o la venganza. Las relaciones se quiebran, y cuando lo hacen, los corazones quedan quebrados también. Es difícil restaurar una relación cuando los sentimientos dolorosos de la pena (tales como cólera o tristeza) siguen sin resolverse. La restauración de una relación requiere la ruptura ser reparada. Para que la confianza sea restaurada, el proceso doloroso de la evaluación de uno mismo, la admisión de estar incorrecto, la petición del perdón y la restitución deben ocurrir. Para envolverse genuinamente en este proceso, hay un dulzor de humildad que debe ocurrir internamente, desafortunadamente, esto va en contra de nuestra naturaleza.

El hecho de que todos hemos pecados, significa que todos hemos agravado nuestra relación con Dios. Un Dios perfecto requiere una restauración perfecta, y una restauración perfecta requiere una reparación perfecta. Como pecadores somos incapaces de ofrecer la reparación perfecta, porque todo lo que hacemos está corrupto con pecado. Aunque Dios odia el pecado, El nos ama. Sin embargo, la ley de Dios es clara: la muerte es la paga del pecado. El problema es que si morimos para pagar nuestro pecado, morimos eternamente. Y si continuáramos viviendo, viviríamos perpetuamente en pecado y sin nunca poder pagar nuestra deuda. Además, Dios nunca permitiría que eso sucediera. Para agregar al dilema, aunque Dios nos ama y desea vivir con nosotros por siempre, Él no romperá su ley. ¿Qué puede hacer Dios?

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Esta decisión fue tomada desde la fundación del mundo (1 Peter 1:20) y fue cumplida en el tiempo apropiado. El Espíritu Santo inspiró a Isaías a predecir el acontecimiento siglos antes de que sucediera, para preparar a todos los que leerían y recibirían sus escrituras más tarde. Una lectura de Isaías 53 nos dará una idea de lo qué Cristo sufrió para hacer reparaciones. Cristo, el Dios perfecto, rindió su posición y privilegio de soberano en cielo para venir a nuestro mundo imperfecto y pecador para salvarnos. De esta manera Dios solucionó el dilema. De esta manera Cristo satisface nuestra reparación y nuestra restauración se hace posible. La deuda a la Ley Divina es pagada por completo al Jesús pagar al pecado su salario. La salvación se puede comparar a una línea de crédito ilimitada que se da a todos nosotros. Pero solamente los que la utilizan gozarán de la salvación.

Isaías 53:5 dice, "por su llaga fuimos nosotros curados." El pecado nos ha contusionado y herido. Podemos no saber esto porque estamos acostumbrados a la pena y el dolor. Cuando creemos por fe que Cristo, haciendo la reparación, es nuestro Señor y Salvador entonces nuestra restauración comienza. Éste es el proceso de hacernos uno con Dios. Las llagas de Cristo comienzan a curar la herida que el pecado han causado en nosotros. Mientras que comenzamos a curar, nuestras transgresiones e iniquidades comienzan a desaparecer. Mientras que una vez considerábamos a Cristo azotado, herido de Dios y abatido, ahora consideramos el pecado que manera. Cada vez más consideramos pecado algo ser despreciado y desechado. Consideramos cada vez más a Dios como a alguien ser amado, aceptado, é incluso adorado. Cada vez más consideramos al pecado la causa de angustiadas y aflicción, y a Cristo nuestro salvador. Una transformación ocurre que nos prepara para el acto final de la restauración de nuestra relación con Dios. Ya no nos descarriamos de nuestro Buen Pastor, pero respondemos a su voz cariñosa mientras que caminamos con Él.

¿Usted cree este informe (Isaías 53:1)? ¿Usted cree en Él que nos fue dado para que nosotros pudiéramos tener vida eterna? ¿O usted elegirá continuar creyéndolo azotado, herido de Dios y abatido?

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