Friday, May 28, 2004

La Promesa de la Salvación A Traves del Servicio

Desde la caída en pecado en nuestro planeta ha existido la guerra casi todos los días. Alguien calculó que han habido solamente algunos centenares de días de paz en nuestros seis mil años de historia. Con la guerra resulta la conquista de la gente. Los conquistados son forzados a servir a sus amos nuevos. Algunos se forzados a servir donde viven y otros son capturados y se llevados a la tierra de sus amos nuevos para servir como esclavos allí. Cuando se es esclavo o criado, usted hace lo que desea su amo. Usted debe hacerlo cuando, cómo y donde su amo lo desea hecho. Raramente habrá recompensas por servicio fiel. Por el contrario, sirva usted bien o no, habrá castigo, maltratos, abuso, e incluso tortura. Nada de lo que usted haga sera suficentemente bueno, y cuando lo es, otros tomarán el crédito. Le degradarán y serán humillados de todas las maneras posibles.

De vez en cuando, algunos esclavos hallan la libertad. Muchos escapan esperando encontrar un lugar del refugio en donde no estaran ya mas esclavizados. Muchos esclavos utilizaron la fuerza rebelando contra sus amos. Otros, en el caso de naciones, formaron una revolución contra sus amos. Opino que los esclavos que se rebelan, prefieren morir luchando para su libertad, que vivir esclavizado. Algunos utilizan los movimientos políticos para alcanzar su libertad. Tal fue el caso de Gandhi en la India. Algunos amos que sentían culpables por su tratamiento de los esclavos, sintieron compasión por ellos y los liberaron.

Cuando Adán y Eva cayeron toda la humanidad fue hecha sirvientes o esclavos del pecado. Para ser liberado o salvado necesitamos a un redentor o un salvador. Dios ungió a su propio Hijo para esto. Dice en Isaiah 42 sobre Jesús:

6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones,
7 para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.


La palabra para ungido en la lengua hebrea es “Mashiah”. Esta incluye una connotación de ser separado para un oficio. Es esta palabra de donde conseguimos nuestra palabra “Mesías.” En el Griego fue traducido a “Christos.” Pero, Cristo no efectuó una revolución o una sublevación. Por el contrario, para liberarnos, El se hizo uno de nosotros. Pablo dice acerca de Cristo en Filipenses:

6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.


Cristo, porque nos amó, se hizo un esclavo a la ley del pecado pero El nunca obedeció al amo del pecado. Pablo confirma esto en 2 Corintios 5:21:

21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El.

Cristo desafía toda la lógica y sabiduría humana. Mientras que en su pecado la humanidad lucha por la libertad, Cristo sirvió para para liberarla. El amor de Dios es un amor sirviente. Con ese amor le servimos a Dios y a otros. Aquí es donde encontramos la libertad de lo que nos esclaviza a este mundo. Por esta razón Cristo fue rechazado. Dice en Isaiah:

4 Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.
7 Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.


Si usted le pregunta a cualquier persona si desean la libertad, la respuesta será que sí. ¿Tomarán su cruz y seguirán a Jesús? Muchos son los llamados, pero pocos eligen seguir a Cristo. La muerte de Cristo en la cruz, nos libera y salva totalmente del pecado. Sin embargo, pocos gozarán realmente de esta libertad. Cristo desea liberarnosa todos de la ley del pecado y de su poder. Y lo ha hecho. Pero, solamente los que se hacen esclavos a su justicia gozarán de esa libertad. Esto significa que debemos permitir que su Espíritu desarrolle en nosotros el carácter de Cristo. ¿Qué carácter usted pregunta? Lea 1 Corintios 13 y Gálatas 5:22,23. Debemos desarrollar cada talento, habilidad y don espirtual que el Espiritu Santo nos da para el servicio de Dios y otros. Mateo 25 dice:

40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

Cuando servimos a Dios servimos a otros. Cuando amamos a Dios supremamente, El nos capacita para amar a otros como El nos ama. El amor es el cumplimiento de la ley (Romanos 13:8.) Esto es lo que significa obedecer la ley a través de la Fé. Ésta es la manera de rebelarse contra Satanás y el pecado: sirviendo y amando a Dios y a otros. ¿ Responderá usted al amor de Cristo para usted? ¿O desdeñará y aborrecerá usted a Jesús Cristo?

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