Para ilustrar cómo funciona la libertad en el sentido bíblico una especie de guión fue incluida en la sección de maestros de nuestra lección. Creo que es una ilustración poderosa. Es un diálogo entre títere de trapo y el viento.
En resumen, el títere es una marioneta que sólo funcionará cuando se llena con la mano de alguien. La marioneta insistió en que la mano rellenándolo estaba sucia. Por lo tanto, no se sentía bien. Este vio a otro tipo de títere, el tipo que se manejaban con tiras – y este pensaba que esto era una opción. Pero, una vez que vio las tiras, se dio cuenta de que la otra marioneta de estaba en mejor posición a la de este. También notó que "cuando me levanto y otras me notan, esto significa que es otro (el de las manos sucias) esta a cargo de cada uno de mis movimiento. Es agradable oír la risa de los niños, pero en lo profundo de mi sé que sólo obtengo suciedad. De lo contrario vivo como estoy ahora, aquí tirado como un fracaso total."
El viento se ofreció a venir dentro de la marioneta a vivir, limpiar la suciedad dentro de esta, y manténgalo trabajando sin necesidad de manos sucio rellenarle o tiras de conexión. Se trataba de un procedimiento muy costoso, pero la marioneta sería libre. Y tenía que ser con el permiso de la marioneta. La marioneta tenía que elegir permitir que el viento lo hiciese. En su libertad voló lejos gritando excitado, "... Yo estoy volando... soy libre! " Técnicamente la marioneta todavía no estaba en control, de por si, después de todo el viento vivía en ella. El viento estaba a cargo de cada uno de sus movimientos. Aunque la marioneta sentía libre, esta no era independiente. ¿Cuál era la diferencia?
Hubo probablemente varios factores. Uno de los cuales fue la limpieza. Otro fue el hecho de que podía volar y no ser llevado solo para suplir las necesidades del Señor de las manos sucias. Además, hay una implicación que era permanente. La marioneta no tendría que mantenerse tirada donde la guardasen, siempre y cuando el viento podría vivir en esta, y esta sería mientras la marioneta le permitía al Viento permanecer en esta.
Basado en Juan 3: 8 podríamos equiparar al viento con el Espíritu Santo,
Juan 3:8 (Reina-Valera 1960)
8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
El Espíritu Santo sigue el modo de operar de Jesús. Jesús nos dice en el Apocalipsis 3:
Apocalipsis 3:20 (Reina-Valera 1960)
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Por lo tanto, Cristo, a través del Espíritu Santo, siempre nos invita o pide permiso. Podemos decir que Dios siempre nos invita o nos pide permiso. Este es un tema muy común en los escritos de Pablo.
Cuando abrimos nuestras puertas el Espíritu Santo entra en nosotros y comienza su trabajo de santificación; en otras palabras: nos limpia (Efesios 5: 25-27; 1 Tesalonicenses 5: 23). Luego comenzamos a experimentar la libertad sobre el poder del pecado. Por lo tanto, también experimentamos la libertad sobre la vergüenza, la carga y la culpa que resulta del pecado. Sin embargo, esta libertad es experimentada sólo si nosotros continuamente estamos permitiendo la permanencia del Espíritu Santo en nosotros. (Irónicamente, esto sólo ocurrirá sierre y cuando estamos fijos en la Cruz.) Al crecer en nuestra dependencia de manera mas completa y continúa aun en Él, experimentamos más libertad de los grilletes de pecado. Esto nos libera nos para servir a Dios. Por lo tanto, si por la fe somos dependemos en Dios, entonces volaremos.
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