Friday, November 19, 2004

Vestidos para el juicio

Comentario de la leccion de Escuela Sabatica

Vivimos en una sociedad que juzga a individuos según su vestir, atribuyendo valores basados en estado socio-económicos a la gente. Entonces procedemos a tratar a la persona según nuestra evaluación de ellos, basada en parte, en su vestir. Cuanto mejor es el vestir para la ocasión, mejor el tratamiento que reciben. Cuanto peor es el vestido para la ocasión, peor es el tratamiento que reciben. El punto es que si importa cómo vestimos. Sí, vivimos en una sociedad muy informal, y todos hemos oído el decir: Ven tal como estas o eres. Pero sería tan poco probable atender a una boda en los cortos, como ir a un picnic al campo, usando una etiqueta. ¿Verdad? Sí, como vestimos si importa, no solamente a los seres humanos, pero también a Dios.

Cómo vestimos espiritualmente, se determinará si seremos parte del grupo que será justificado y poseerá el reino eterno. Según Daniel 7: 22, 26-27:

22 hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino.
26 Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, 27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.

El juicio investigador determinará si vestimos correctamente o no. Considere el Parábola del banquete de la boda en Mateos 22:1-14. Un rey llama a sus convidados a que vengan a la boda de su hijo. La mayoría de los convidados, que habían sido invitados ya, se negaron a atender, aunque las preparaciones habían sido hechas para su presencia. Muchos se negaron por razones personales. Otros, se irritaron y eventualmente se enojaron con ésos que les recordaban de la boda próxima. Molestados, abusan verbalmente a mensajeros del rey, y los lanzan lejos. Arrebatando la invitación, la despedazan, y con desprecio, la arrojan al suelo, y pisotean. Estos piensan que finalmente este acto dará por entendido que no desean atender. Pero no, otros mensajeros son enviados, solicitando la presencia de estos súbditos a la boda del hijo del rey. Enojados desmesuradamente, los invitados se pelean con los mensajeros. Al acrecentar el desprecio y la rabia, la muchedumbre crece, y con la mentalidad de la multitud, los Convidados matan a los mensajeros del rey, y queman las invitaciones. El rey se siente insultado y ultrajado, con el comportamiento de sus súbditos y amigos. La justicia requiere que él calme la insurrección, así que él envía a su ejército para vengarse de la muerte de sus sirvientes. Pero el banquete de la boda sigue estando listo. La bizcocho de la boda esta decorado y ocupando su lugar en el centro del piso del salón de baile, las flores adornan cada mesa. La orquesta aguarda el comando de tocar el primer acorde. Los cantantes aguardan la primera nota. La cena es recalentada, e incluso la novia y el novio se preparan para recibir a los convidados. Frustrado, el príncipe pregunta a su padre el rey, "¿cuánto tiempo Padre, cuánto más hay que esperar?" "¿No quisiera alguna persona atender a esta ocasión feliz?" "¿Acaso no dijeron que venían?" "¿qué ha sucedido?" "¿no saben que podrían ordenar su presencia, aun así usted los ha invitado, y los -- ha rechazado." "¿qué mas podríamos más hacer?"

Entristecido de que sus amigos han rechazado la invitación, pero determinado en celebrar la boda de su hijo con otras personas, el rey envía a sirvientes adicionales. Rápidamente, en las regiones externas del reino van, haciendo una oferta a gente a la boda. Ansioso que el banquete de la boda esté lleno, le dicen a los invitados potenciales, "todo esta listo ahora, dense prisa y vengan." Respondiendo con asombro, la gente se siente adulada que el rey los haya invitado, vinieron, y en el final, la boda se lleno con invitados. Contento, el rey -- como anfitrión, saluda a sus invitados. Uno por uno se presentan, y cuan maravillosamente estaban vestidos. Cuidadosamente, el rey no ha escatimado ningún costo para vestir a cada uno, que ninguno pueda sentirse avergonzado. Al acercarse uno de los invitados al rey, se oye un murmullo, entre los sirvientes y otros invitados -- "¿Que vestimenta es esa?" "¿Acaso no recibió la invitación y el traje real de la boda?" Ante la observación de que el invitado está inadecuadamente vestido, el rey le pregunta amablemente, "¿porqué no uso usted el traje que envié para usted?" Avergonzado, y desconcertado, el hombre no podría dar ninguna razón para su ' descuido.' Encolerizado, el rey ordenó a sus sirvientes atar al hombre y lanzarlo en la oscuridad.

La hermana White dice que la inspección de los invitados simboliza el segmento investigador del juicio. Además, ella indica que la gente invitada al banquete representa ésos que profesan seguir a Cristo. Pero, solamente se permite permanecer en el banquete a los que son dignos. El hombre que no fue vestido para la ocasión sufre la misma consecuencia que el primer grupo de invitados indignos -- los súbditos, que rechazaron de plano la invitación del rey. Éstos representan a los impíos. Los que permanecen en el banquete son los justos. ¿Cuál es la diferencia entre ellos? ¿Quiénes son los impíos y quiénes son los justos? Los impíos son los que rechazan el carácter de Cristo, simbolizado como el traje de Justicia dado a nosotros por Cristo. Muchos de estos individuos son pilares en su comunidad. Son gente "agradable", de buen comportamiento y de mucha cultura. Es posible que hasta nos gusten. Son gente respetable en nuestras iglesias, vecindades, negocios, y gobierno. En contraste, el dignos profesan no solamente habitar en Cristo, sino que habitan en él realmente. Han aceptado el traje de justicia dado por Cristo. Los dignos aman a Dios supremamente y a sus vecinos como a si mismos. Aunque con cariñoso y buenos, no se les juzga necesariamente como agradable. Mientras que pueden no ser considerados agradables, son capaces, con el poder del Espíritu Santo conviviendo en ellos, de amarle a usted, y al mismo tiempo odiar el lo que usted hace.

El juicio investigador está sucediendo ahora -- Cristo está evaluando nuestro traje de la boda. Referente a esto, la hermana White dice,

Es mientras que los hombres son viven sobre la tierra que el trabajo del juicio investigador ocurre en las cortes del cielo. Las vidas de todos aquellos que profesaron ser seguidores de Cristo pasan ante la revisión de Dios. Todos son examinados según el expediente de los libros del cielo, y según sus obras el destino de cada uno está fijado por siempre. (E.G. White Notas, p. 55)

Los que aceptan y usan el traje de Justicia de Cristo no tienen nada temer. El juicio investigador los justifica contra las acusaciones de Satanás ante los ojos del universo. Al lado de su nombre en el libro del Cordero de la vida esta escrito, perdonado y sus pecados se borrados para que pueden recibir la lluvia de restauración del Espíritu. ¿Cuándo su nombre sea llamado ante al Rey, lo encontraran vestido?

-- Raul Diaz Y Maria Greaves-Barnes

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